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El ocio: una necesidad universal
La obsesión mercantilista que va calando en cualquier sociedad, tanto si está poco como muy estructurada, va abriendo espacios para el entretenimiento. En su sentido originario, el ocio es el tiempo más importante, porque es el consagrado a la mejora de uno mismo, a la contemplación, a la conversación con los amigos… El nec-ocio sería –según el espíritu de los pensadores griegos– lo que hay que hacer cuando no queda más remedio que ganar dinero, porque de otro modo no se podría subsistir. El ocio sería, más bien, el espacio dedicado al enriquecimiento personal y el negocio, las actividades imprescindibles para poder abonar las facturas.
No todo el mundo ha llegado a entender el ocio en su sentido pleno y ...