¿A qué esperas para fracasar?

Lostramposos

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Desde que, hace ya cuatro años, mis negocios inmobiliarios se fueron al traste por obra y gracia de la crisis, he vivido preso de las libertades que muchos se han tomado con las cosas más sagradas, especialmente conmigo

Nada tengo que objetar a la ruina a la que fui condenado por el delito de imbecilidad con agravante. Cuando uno, contraviniendo además sus propias reglas, se pone a nadar a favor de corriente como si fuera un pez muerto, como si necesitara que le empujaran, lo menos que se merece es que su idiotez no quede impune.

Ese delito lo admití desde el primer momento, al igual que acepté, diría incluso que de buen grado, mi condición de arruinado. Y aunque a día de hoy todavía sigo cumpliendo condena, a pesar ...